domingo, 18 de diciembre de 2016

OTRO DICIEMBRE CON ALIFAFES


Con la emoción a flor de piel. Diciembre es el mes de los recuerdos, de los seres queridos, del caballo de cartón, del aceite de estraperlo, del venid y vamos todos, de los amores perdidos, del Arriba, Alcazar y Pueblo, del reloj de la estación que seguirá dando vueltas hasta esperar al último tren que algún día llegará.
Otro Diciembre más, otro año que se acaba, madre mía, cada vez somos más los que más años tenemos y como no espabilemos nos van a hacer tan tontos como ellos.

“RECOGIDA DE JUGUETES PARA MAYORES” esta es una de tantas campañas paternalistas y ridículas  que circulan a lo largo del año por los medios de comunicación, provenientes de una sociedad inmadura que demuestra la valoración negativa  que hace de las personas mayores. Una sociedad a la que  necesariamente hay que educar en valores. Una sociedad sin valores no existe, todo sale de los valores, los proyectos, las leyes y los principios.

Ya está bien de jugar con  la pobreza mental de los viejos que no son los de 60,70 u 80 años porque viejos son los que se dejan hacer, los que dejan de pensar, los que abandonan la curiosidad, los que dejan de aprender. La plasticidad del cerebro y su inteligencia están dentro de cada uno se tenga la edad que se tenga. Los conocimientos y las habilidades adquiridas mejoran con la edad. El cerebro es más joven que el cuerpo aunque al cuerpo le fastidie.  

La salud, el conocimiento, las relaciones personales y el aprendizaje continuo deben ser la base del envejecimiento y dependerá de la decisión de cada uno llevar su acción adelante y buscar sentido a la vida. La practica de la actividad física está demostrado que funciona el mantenimiento del cerebro.
El problema es para las personas dependientes a las que hay que ayudar, reclamando sus derechos  con todos nuestras fuerzas y medios hasta donde podamos llegar.

Aquí no se trata de hacer de mayores/jóvenes de lo que se trata es de la participación de las personas mayores en los espacios  que la sociedad requiera  y trasladar su protagonismo, experiencia y valía para colaborar en los nuevos retos y proyectos como por ejemplo el de Ciudades amigables y en todos aquellos que beneficien al conjunto de las sociedad.
Esta claro que el  nuevo rol social de los mayores está cambiando aunque las propias instituciones por comodidad favorezcan su estancamiento.


Diciembre 2016

Chema Menéndez