miércoles, 28 de septiembre de 2016

LOS CAMINOS DE LA VIDA QUE SE CRUZAN AL VIAJAR

Cuando piensas en viajar lo primero que te viene a la cabeza es recorrer los caminos del saber que acompañan a la historia no solo el gozar de la mente sino también encontrar la posada donde el aposento y el buen yantar sean la referencias de las gentes del lugar.

Ya que este mes El Bosco pasaba por Madrid de Tenerife volamos a recorrer los ensueños. En esta primera estación nos bajamos para contemplar sin recelo El Carro de Heno que me traen recuerdos eróticos de la hierba en el pajar y el Jardín de las Delicias un vergel con los goces y sufridos de la vida que se pasa y cuando le da la gana termina. Después de soñar en vivo recorriendo por el Prado el universo bosquiano sin olvidar las Meninas y el perro que no se mueve damos vueltas por Madrid recorriendo los bestiarios de las tascas con los tintos de verano que te vuelven a la tierra y te empujan a la vida para seguir caminando rumbo hacia Salamanca.

De la calle Mendez Alvaro sale el autobús que nos lleva a Salamanca. Allí a las orillas del río Tormes nos encontramos con el ciego que veía al que se comía las uvas que no le correspondían y también al “como decíamos ayer” de Fray Luis de León y Miguel de Unamuno cuando regresaron a sus cátedras. La historia se repite y seguimos sin enterarnos .Entrando en sus aulas y tocando la madera de los pupitres que su contacto me trasladaba y recorría cuatrocientos años atrás lleno de sabiduría