martes, 21 de octubre de 2014

El placer de aprender



Este último mes he experimentado uno de los placeres de la vida al menos para mi que es el aprender y descubrir el arte por los rincones del mundo. 
Por las calles de Roma y entre los canales de Venecia y la ropa tendida en sus ventanas he podido comprobar las bellezas y obras de arte que nos han dejado los”muertos de hambre” que en el mundo han sido a los que también llamamos artistas.
Pisando los adoquines de la Ciudad Eterna he ido a la búsqueda de la herencia que nos dejaron los romanos sobre todo a la hacienda de los italianos a la que los turistas colaboran. 
Descubrí el Guggenheim de Venecia lleno de esculturas y cuadros de los mejores pintores contemporáneos y también la curiosidad de la señora por comprobar la grandeza del hombre del burro.
En Venecia son sorprendentes sus monumentos sus iglesias en donde la mayoría dedican a cultivar la cultura con conciertos extraordinarios para todos los amantes de la buena música y a mi sobre todo lo que todavía me sigue sorprendiendo es que no se hunde y lleva muchos siglos sumergida en el agua.
No tengo muy claro a que ha venido uno a la vida pero hay algo que me acerca a comprenderlo que es la satisfacción de conocer y disfrutar de todo aquello para lo que no se necesita tener dinero que es el respirar la educación y la cultura.






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