jueves, 2 de febrero de 2012

LA PASION ES ROJA

Son las doce y media de la noche solo quedamos los de sucesos. Las linotipias se callan. El periódico ha cerrado a las diez. Se me hizo tarde. Todos se han ido menos yo. Siempre con la misma canción cuando hay fiambre hay que pasarse por la morgue y traer el reportaje. El morbo es lo que vende. Bueno se acabó me voy a la calle a dar vueltas perdiéndome por los tugurios donde se practica el arte de volar las fantasías. Vaya casualidad ahí están los de deportes con las del corazón. Será por lo de la resistencia en el juego del amor. Cansado del recorrido me voy al tablao donde bailan las pasiones. Entro. Atravieso el portal con el agua que bendice. Miro adelante y vislumbro un ambiente de fragor. Arriba en el altar está ella con su energía y pasión. Abajo rezan guitarras, suena el coro de las palmas y canta la devoción. Arriba en su cara el misterio, en sus manos la caricia y en sus piernas la evasión. Su gesto es mi deseo. Su postura la insinuación en el volar de su vestido.

Me paro a pensar. Nunca creí que la volvería a ver. La última vez que nos juntamos se escribió un episodio en el libro de mi vida. Es la página que se escribe cuando emerge la pasión que llevas dentro y sientes la satisfacción que se escapa sin control. El alma va hacia el edén junto a Eva convertida en la figura arrastrada. Te envuelve, te engulle, te ahoga y te destroza. Te derramas y gritas. Susurras. Y nadie acude. El silbido. La serpiente hiberna.

Y si vuelvo. Entonces la aventura es desventura.

Prefiero describir los recuerdos cuando me adentro en el sueño. Las medias que acarician sus piernas suben hacia el refugio del rojo de su color que bordea sus caderas. Mis ojos van detrás hasta encontrar el cobijo. Es fuego lo que siento cuando miro sus pies frenéticos que rebotan sobre agujas. Agujas que clavan mi alma donde el fuego del deseo ya se apaga y extenúa.

Déjala estar en el recinto sagrado donde se vive la gloria y se transita a la tierra. Cuando el fuego avive yo volveré a buscarla.

Chema Menéndez