domingo, 4 de julio de 2010

EL PLACER DE LA MUSICA Y SU APRENDIZAJE


A lo largo de nuestra vida todos hemos tenido la oportunidad de disfrutar en algún momento de la música y aquellos que además se han decidido a entrar en su mundo y aprenderla tienen un doble motivo de satisfacción: conocerla y ser protagonistas.

La experiencia de ser alumno de una Escuela de Música donde profesionales y pedagogos son capaces de motivar y entusiasmar a niños, adolescentes y mayores para transmitirles el embrujo de la armonía de las notas y sus silencios es solamente comparable con la sensación que produce la alegría de encontrarse en el camino acertado.

El aprender a leer música independientemente del instrumento que se elija, nos facilita el entendernos en el lenguaje musical ya que la música escrita es igual en la mayor parte de los países del mundo.

La lectura de una partitura que es la descripción escrita de una pieza musical nos facilita todo lo que necesitamos saber, los signos musicales nos indican las notas o sonidos que hemos de interpretar, el momento de hacerlo y el tiempo que tiene que durar. Cuando somos capaces de realizar el sonido simultáneo de las diferentes notas y producir una armonía estaremos reproduciendo un sonido agradable para el oído.

La disciplina y el esfuerzo que se requiere para el aprendizaje de la música es directamente proporcional a la satisfacción que produce la interpretación colectiva con tus compañeros y compartir con ellos esas tardes musicales llenas de inquietud y a la vez de alegría por el trabajo bien hecho.

La libertad que es capaz de transmitir la interpretación de una pieza musical es una experiencia que merece la pena intentar y la reflexión del filosofo Osho nos invita a todos los que quieran recrear su mente a encontrar a la vez un espacio en armonía.

“La esencia de la Sabiduría es estar en armonía con la naturaleza, con el ritmo natural del universo. Y siempre que estás en armonía con el ritmo natural del universo eres un poeta, eres un pintor, eres un músico, eres un bailarín,”